El proyecto fue diseñado por el artista Luis Ibáñez, colaborador de César Manrique en varias de sus obras en Lanzarote. Gracias a su intervención, este espacio pasó de ser una casa en ruinas a convertirse en un lugar donde se recupera y pone en valor la tradición alfarera del pueblo de Arguayo.

El centro se dedica a la elaboración de piezas de barro siguiendo la técnica aborigen, con un respeto absoluto por los métodos y materiales de antaño. Todo el proceso es completamente manual y emplea elementos naturales como barro, agua, arena volcánica, almagre y algo de aceite. Las piezas se moldean con las manos, se recortan con arcos de barrica, se alisan, se almagran y, posteriormente, se bruñen con callaos de mar, y tras el secado, se cuecen en horno de una sola cámara, tal y como se hacía antiguamente.

Visitar el Centro Alfarero y Museo Etnográfico Cha Domitila es asomarse a la historia y la identidad cultural de Santiago del Teide.