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Santiago Del Teide.

Un municipio con identidad propia.

Entre volcanes, acantilados y pueblos que conservan su esencia, Santiago del Teide sorprende por su diversidad de paisajes y matices. Desde su costa bañada por el Atlántico hasta su cumbre, el paisaje no solo define el territorio, se siente en cada paso.

En este rincón del suroeste de Tenerife conviven algunos de los paisajes más singulares de la isla: las lavas más jóvenes y antiguas de Tenerife, testigos de su historia volcánica, bosques de pinar que cubren la cumbre y un litoral privilegiado situado en la ZEC Franja Marina Teno-Rasca, único Santuario de Ballenas de Europa. Cada espacio natural invita a explorar, a desconectar y a vivir Santiago del Teide como parte de un entorno único, lleno de contrastes y emociones.

Un municipio con identidad propia.

Entre volcanes, acantilados y pueblos que conservan su esencia, Santiago del Teide sorprende por su diversidad de paisajes y matices. Desde su costa bañada por el Atlántico hasta su cumbre, el paisaje no solo define el territorio, se siente en cada paso.

En este rincón del suroeste de Tenerife conviven algunos de los paisajes más singulares de la isla: las lavas más jóvenes y antiguas de Tenerife, testigos de su historia volcánica, bosques de pinar que cubren la cumbre y un litoral privilegiado situado en la ZEC Franja Marina Teno-Rasca, único Santuario de Ballenas de Europa. Cada espacio natural invita a explorar, a desconectar y a vivir Santiago del Teide como parte de un entorno único, lleno de contrastes y emociones.

Un destino por descubrir.

Santiago del Teide es mucho más que la suma de
sus paisajes, pueblos y tradiciones.

Es un lugar que se reconoce en lo cotidiano, que evoluciona sin perder su raíz y que se revela con naturalidad, mostrando su esencia
en cada detalle.

Queda mucho por descubrir en este rincón del suroeste de
Tenerife. Cada sendero, cada historia y experiencia es una
oportunidad para entender mejor la dentidad de este municipio
que acoge al visitante con compromiso, conciencia y un
profundo respeto por su gente y su entorno.

Un lugar que es,

Diferente Por Naturaleza.

Un destino por descubrir.

Santiago del Teide es mucho más que la suma de
sus paisajes, pueblos y tradiciones.

Es un lugar que se reconoce en lo cotidiano, que evoluciona sin perder su raíz y que se revela con naturalidad, mostrando su esencia
en cada detalle.

Queda mucho por descubrir en este rincón del suroeste de
Tenerife. Cada sendero, cada historia y experiencia es una
oportunidad para entender mejor la dentidad de este municipio
que acoge al visitante con compromiso, conciencia y un
profundo respeto por su gente y su entorno.

Un lugar que es,

Diferente Por Naturaleza.

Una red de pueblos conectados.

Santiago del Teide no se descubre desde un solo lugar, sino desde todos sus pueblos.
Cada núcleo invita a vivir el destino desde lo cercano, lo auténtico y la conexión natural con su paisaje.

Desde Arguayo, donde pervive la tradición alfarera, hasta El Molledo, Las Manchas y El Retamar, pequeños pueblos que respiran tranquilidad y naturaleza, cada rincón ofrece una experiencia auténtica y con carácter propio.

Tamaimo, núcleo central de las medianías del municipio, conserva el encanto de su casco histórico en torno a la Iglesia de Santa Ana. Y en Valle de Arriba, se conserva la primera construcción religiosa de Santiago del Teide, una joya patrimonial que habla del origen y la memoria del lugar.

En la costa, Puerto de Santiago y Acantilados de Los Gigantes ofrecen un paisaje completamente distinto, marcado por la tradición pesquera y la magnitud de los acantilados.

Naturaleza y costa.

En Santiago del Teide, la naturaleza forma parte de la vida diaria. Volcanes,
pinares, almendros en flor, acantilados y playas no son solo paisaje:
son parte del entorno que moldea costumbres y formas de vivir.

Naturaleza y costa.

En Santiago del Teide, la naturaleza forma parte de la vida diaria. Volcanes,
pinares, almendros en flor, acantilados y playas no son solo paisaje:
son parte del entorno que moldea costumbres y formas de vivir.

Desde el municipio se accede a algunos de los espacios naturales más valiosos del archipiélago, como el Parque Nacional del Teide, el Parque Natural de la Corona Forestal, la Reserva Natural Especial del Chinyero y el Parque Rural de Teno. Son entornos que invitan a ser descubiertos a través de sus senderos, antiguas coladas volcánicas y extensos bosques de pinar, elementos que forman parte de la identidad de este territorio.

Elevándose más de 600 metros sobre el Atlántico, los Acantilados de Los Gigantes dibujan una muralla natural cuyas paredes verticales son refugio de una rica variedad de fauna y flora endémica. A sus pies se encuentra la Playa de Los Guíos, una playa accesible donde disfrutar del mar se convierte en una experiencia multisensorial. Más al sur, la Playa de la Arena, de arena volcánica y aguas cristalinas, mantiene su compromiso con la accesibilidad y cuenta con servicios que facilitan el disfrute a personas con discapacidad. Ambas cuentan con la distinción EMAS, siendo las únicas playas del archipiélago en ostentar esta certificación medioambiental.

Las aguas que bañan el litoral del municipio forman parte del único Santuario de Ballenas de Europa, y tercero del mundo, enmarcado en la ZEC Franja Marina Teno-Rasca, un entorno de alto valor ecológico, que acoge a una rica biodiversidad marina.

Flora y Fauna.
Flora y Fauna.

Santiago del Teide destaca por concentrar,
en pocos kilómetros, una gran variedad de flora,
fauna y ecosistemas de alto valor ecológico.

La flora de Santiago del Teide cambia con la altitud. En la costa y áreas bajas, destacan especies como la tabaiba dulce, el cardón o los Verodes, junto a diversas variedades de Bejeques. En los Acantilados de Los Gigantes, crece, además, la Siempreviva del Guergue, una flor endémica que sobrevive anclada a sus paredes verticales.

Entre las especies más representativas de la zona alta y de medianías, destacan los almendros y las higueras, que forman parte de su historia agrícola y han sido esenciales en la vida rural del municipio. En la cumbre, dentro del espacio protegido del Parque Natural de la Corona Forestal, predominan los pinos canarios, junto a Fayales, Brezales y flora de alta montaña como la retama blanca o el Tajinaste rojo.

La fauna del municipio es tan diversa como la flora. En tierra, destacan especies como el lagarto gigante de Tenerife, endémico de la isla presente en los Acantilados de Los Gigantes, en el Parque Rural de Teno, así como aves rapaces como el águila pescadora.

El medio marino también concentra una rica biodiversidad. Sus aguas forman parte de la ZEC Franja Marina Teno-Rasca, primer Santuario de Ballenas de Europa, y en ellas habitan de forma permanente especies de cetáceos como el delfín mular y el calderón tropical. Aquí, es frecuente avistar tortugas marinas, especialmente la tortuga Boba, aunque también se pueden ver ejemplares de tortuga Verde, Laúd o Carey. A ello se suma la riqueza de las estructuras marinas que hacen de este tramo de costa un ecosistema marino único.

Patrimonio y cultura

En Santiago del Teide, el
patrimonio cultural no es solo historia:
es una forma de contar quienes somos.

El Centro Alfarero y Museo Etnográfico Cha Domitila, en el pueblo de Arguayo, conserva la técnica aborigen de la alfarería, con procesos manuales que respetan la tradición. En Puerto de Santiago, el Museo El Pescador rinde homenaje a uno de los oficios que definieron la vida en la costa: la pesca artesanal. Por su parte, el Centro de Visitantes Chinyero, con recursos interactivos y expositivos, muestra la historia de la vulcanología en la isla de Tenerife y la última erupción acontecida en la isla, la del Volcán Chinyero, en Santiago del Teide.

El patrimonio religioso también forma parte esencial de la identidad del municipio.

El patrimonio religioso también forma parte esencial de la identidad del municipio.

Desde la Ermita de Santiago Apóstol en Valle de Arriba, que fue la primera construcción religiosa del municipio, hasta el Templo Parroquial de San Fernando Rey, construido en el siglo XVII como símbolo espiritual de la comunidad, y la Parroquia de Santa Ana, en Tamaimo, conforman un mapa de espacios que guardan la memoria colectiva entre muros de piedra y silencio.

Cultura, historia y territorio conviven aquí, como parte de una identidad compartida que se cuida, se valora y se transmite.

Una historia que permanece.

Hablar de Santiago del Teide es hablar del antiguo Valle de Santiago, nombre con el que durante siglos se conoció a esta zona del suroeste de la isla. Un territorio de medianías y cumbres, habitado desde tiempos aborígenes y moldeado por el pastoreo, la agricultura y una forma de vida en estrecho vínculo con la naturaleza.

Santiago del Teide tiene sus raíces en los primeros años tras la conquista de Tenerife, cuando el Valle de Santiago fue incorporado al antiguo territorio de Daute. Aislados entre barreras naturales, los primeros asentamientos surgieron en torno a caseríos agrícolas y una pequeña ermita dedicada a Santiago. Con el tiempo, el crecimiento de la población y el impulso de figuras como Don Fernando del Hoyo y Solórzano dieron lugar a la creación de la parroquia de San Fernando Rey en 1679. El núcleo fue ganando identidad y organización, y la cesión de tierras cultivables en el siglo XVIII permitió a sus habitantes mejorar sus condiciones de vida. Hoy, ese pasado sigue vivo en sus paisajes, en su arquitectura tradicional y en el alma de sus pueblos.

Desde aquellos primeros repartos de tierra, hasta la llegada del turismo en los años 60, el territorio ha continuado transformándose, aunque fue en el siglo XX cuando Santiago del Teide vivió sus mayores cambios a nivel económico, social y cultural hasta llegar a convertirse en el municipio que conocemos hoy en día.

Entre esos hitos históricos que marcaron un antes y un después están la erupción del volcán Chinyero en 1909, la apertura de la carretera insular en 1930, o el despertar turístico en la década de los 60.

Pero más allá de fechas y hechos, la historia de Santiago del Teide permanece viva en las tradiciones, en la arquitectura de sus pueblos, y en la memoria compartida de quienes han hecho de este lugar su hogar generación tras generación.