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116 AÑOS DE LA ÚLTIMA ERUPCIÓN VOLCÁNICA EN TENERIFE

Este año se cumplen 116 años de la última erupción volcánica en Tenerife, la del volcán Chinyero, un hito geológico que marcó para siempre el paisaje y la memoria del municipio de Santiago del Teide, y de Canarias.

La erupción comenzó el 18 de noviembre de 1909 y se prolongó durante nueve días, formando un imponente cono volcánico de unos 80 metros de altura y extendiendo un manto de lava que moldeó la orografía del territorio. Aquel episodio no solo marcó la historia del municipio, sino que transformó la vida y las costumbres de sus habitantes. Hoy, es parte esencial de su patrimonio natural y paisajístico, ofreciendo un escenario único para quienes desean descubrir la fuerza y belleza del origen volcánico de nuestras islas.

Una celebración en armonía con el entorno

Cada noviembre, Santiago del Teide conmemora la erupción del Chinyero con un programa de actos que combina tradición, cultura y naturaleza. Uno de los momentos más emotivos llega con la peregrinación de la imagen del Santísimo Cristo del Valle, que recorre el camino desde la ermita de Valle de Arriba hasta El Calvario de Los Baldíos, destacar que esta peregrinación por motivos climatológicos se lleva a cabo el mes de mayo.

Esta conmemoración, que se celebra en un entorno de gran valor natural, es también una oportunidad para acercarse a la historia del municipio y a algunas de sus tradiciones más arraigadas. Entre paisajes volcánicos, noviembre en Santiago del Teide se convierte en una invitación a vivir una experiencia que une memoria y naturaleza.

Una experiencia viva en plena naturaleza

Observar el volcán Chinyero es descubrir uno de los rincones más singulares de Tenerife. El volcán forma parte de la Reserva Natural Especial del Chinyero, un espacio protegido de más de 2.300 hectáreas, declarado Área de Sensibilidad Ecológica e integrado en la Red Natura 2000. Sus senderos señalizados permiten recorrer este entorno único y descubrir la riqueza geológica que lo convierte en un verdadero museo al aire libre. Paneles interpretativos y diferentes miradores ofrecen información sobre su historia y su valor ambiental, mientras que la amplitud del paisaje invita a disfrutar de una conexión auténtica con la naturaleza volcánica de Tenerife.

Para completar la experiencia, una parada imprescindible es el Centro de visitantes e interpretación Chinyero, un espacio que combina divulgación, historia y recursos interactivos para comprender mejor la riqueza volcánica de la isla.