18:38
weather icon 20°C

CENTRO ALFARERO CHA DOMITILA, DONDE LA TRADICIÓN COBRA VIDA

En el tranquilo pueblo de Arguayo, a pocos kilómetros de Santiago del Teide, se encuentra uno de los lugares más especiales del municipio: el Centro Alfarero y Museo Etnográfico Cha Domitila. Ubicado en una antigua vivienda de arquitectura tradicional canaria, este centro no solo conserva la técnica aborigen de la alfarería, sino que lo mantiene vivo, pieza a pieza, con el mismo respeto y los mismos materiales de siempre.

Un rincón donde el barro se transforma en memoria

El museo se levanta sobre una vivienda en forma de L con patio interior y fuente, construida con piedra y techos a dos aguas, como marca la arquitectura tradicional canaria. Fue el artista Luis Ibáñez, colaborador de César Manrique, quien de manera altruista convirtió una casa en ruinas en este espacio dedicado a la memoria, conjugando la belleza del entorno con la utilidad del oficio.

Caminar por sus salas es recorrer la historia silenciosa de generaciones que moldearon barro con las manos. Es también descubrir cómo el pasado sigue presente en los detalles: en la disposición del patio, en los materiales, en la calidez del espacio.

Alfarería tradicional, hecha a mano y a fuego lento

Lo que distingue a Cha Domitila no es solo su exposición, sino su fidelidad absoluta a la técnica aborigen. En su taller, se elaboran piezas tal y como lo hacían los guanches, o aborígenes canarios de la zona: usando barro, agua, arena volcánica, almagre y aceite. El proceso es completamente manual: desde el modelado con las manos hasta el bruñido con callaos de mar y la cocción final en hornos de una sola cámara.

Cada pieza es única, no solo por su forma, sino porque lleva el peso de una técnica que ha sobrevivido al tiempo. Visitar Cha Domitila es ver cómo la historia se transforma en objeto, y cómo el objeto se convierte en símbolo.

Una experiencia natural con alma rural

El Centro Alfarero y Museo Etnográfico Cha Domitila no es solo un lugar que se visita: es un espacio que se respira. Ideal para quienes quieren conocer la historia desde lo cotidiano, para quienes valoran los oficios artesanales, y para quienes buscan una experiencia auténtica en el interior de Tenerife.

En Arguayo, entre la lava y la memoria, la alfarería se transmite con cada pieza moldeada a mano.